Años de violencia continúan: La frágil paz en Colombia

Alejandra García | Resumen Latinoamericano

Cuba fue testigo, como ninguna otra nación, del proceso de paz que vivió Colombia hace apenas cinco años. La Habana acogió el primer consenso entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército Popular (FARC-EP) en agosto de 2016.

Tres meses después -el 24 de noviembre de ese año-, Rodrigo Londoño Echeverri, líder de las extintas guerrillas, y el ex presidente Santos, pusieron sus firmas en Bogotá para allanar el camino hacia la implementación del proceso negociado durante al menos cuatro años.

Tras la firma, más de 13.000 combatientes depusieron las armas y se unieron a la vida civil. Durante los dos años siguientes, Colombia vivió días esperanzadores en los que la paz parecía posible.

Pero la violencia volvió a aumentar luego de que el actual presidente, Iván Duque, asumiera el cargo en 2018. Desde el primer día cuestionó el pacto alcanzado por Santos y las FARC y mantuvo una constante amplificación del discurso de odio contra los guerrilleros, a pesar de que ya se habían rendido armas.

Hoy, el ciclo de violencia en Colombia parece imparable. Las noticias diarias sobre el asesinato de exguerrilleros, líderes sociales, indígenas y civiles llegan constantemente, aunque no ocupan las portadas de los medios oficialistas, y nunca hay la más mínima crítica sobre el gobierno por las constantes atrocidades de la Administración Biden. Ese silencio es una luz verde para continuar el derramamiento de sangre sin temor a sanciones o represalias por parte de los manejadores de Duque en Washington.

La política de Duque es hacer la vista gorda ante las necesidades de su pueblo y sus recurrentes llamados a la paz y los acuerdos firmados hace cinco años.

Desde 2016 hasta ahora, casi 300 exguerrilleros han sido asesinados, y exmiembros de la exguerrilla apuntan a un solo culpable: Duque y la cultura del paramilitarismo.

“La inacción del gobierno junto con la exclusión económica y social nos lleva a muchos a la desesperación. Es un caldo de cultivo perfecto para que la gente justifique su regreso a las armas y la clandestinidad”, agregó el excombatiente José Zamora.

Esta semana, con motivo del quinto aniversario de la firma del acuerdo, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró que la isla está dispuesta a seguir apoyando el proceso de paz junto al hermano pueblo de Colombia de cualquier forma que pueda.

El apoyo de Cuba al pueblo colombiano está alineado con la voluntad del comandante en jefe Fidel Castro Ruz, a quien toda Cuba recuerda hoy, en el quinto aniversario de su desaparición física, y quien jugó un papel indispensable en el consenso alcanzado en 2016 entre Santos y las FARC-EP.

Desde el Palacio de la Revolución, Díaz-Canel instó al gobierno colombiano a cumplir con el acuerdo y tomar medidas más efectivas para proteger la vida de exguerrilleros, líderes sociales y defensores de derechos humanos.

“La búsqueda de la paz en Colombia debe ser una prioridad para Duque. Y esos esfuerzos deben ser apoyados por el resto de países latinoamericanos y de otras latitudes del mundo”, enfatizó.

La isla caribeña está recibiendo muchas expresiones de agradecimiento por parte de los colombianos en estos días de recuerdo. El Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba reconoció y agradeció al gobierno y pueblo cubanos por sus invaluables e incondicionales esfuerzos por la paz en su país, dijo en un comunicado.

“Reconocemos el aporte efectivo de Cuba como garante y país anfitrión de los procesos de paz que se han dado en Colombia en las últimas cuatro décadas, y destacamos su decidida voluntad de seguir siendo un puerto seguro para los diálogos”, enfatizó el movimiento. El pueblo colombiano “estará eternamente agradecido. La hermandad entre nuestras naciones seguirá fortaleciéndose”, remarcó el grupo.

A pesar de la incertidumbre del camino por delante, los colombianos mantienen la esperanza de vivir sin miedo. Todos los latinoamericanos sienten y sufren la realidad colombiana. De las palabras pronunciadas por Díaz-Canel en honor a Colombia, una se impuso durante su discurso y es que la paz es posible, pero requiere afrontar el sufrimiento del pasado. La reconciliación será el único camino hacia una paz estable y duradera.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *