“Ataque acústico” a embajada EE.UU en Cuba era zumbidos de grillos

Científicos británicos y estadunidenses podrían haber resuelto el misterio del supuesto ataque sónico a funcionarios estadounidenses en Cuba en 2016 y 2017.

Dos años después de que Estados Unidos acusara al gobierno de Cuba de haber promovido un “ataque sónico” contra el personal de su embajada en La Habana, hecho que motivó la evacuación de 24 diplomáticos de la isla en septiembre de 2017, una investigación realizada por las universidades de Berkeley, en California, y de Lincoln, en Reino Unido, demostró que el malestar que padecieron los afectados habría sido producido por el canto de grillos antillanos de la especie anurogryllus celerinictus.

El propio Departamento de Estado había admitido sus dudas respecto del origen de la supuesta “agresión acústica” en enero del año pasado, tras la filtración de un informe del FBI que sostenía no haber encontrado pruebas de aquellos presuntos “ataques sónicos”.

“Yo no descarto nada. No estoy diciendo que sea un ataque acústico, pero sí sabemos que hay un elemento acústico asociado con ellos, que puede ser parte de otro estilo de ataque”, había afirmado el 9 de enero de 2018 el director adjunto de seguridad diplomática del Departamento de Estado, Todd Brown, en una audiencia en el Senado. El funcionario, sin embargo, había dejado abierta la posibilidad de que se tratara de un ataque “viral”. Ahora se ha demostrado que no se trataba de una conspiración sino de un hecho natural.

En la misma audiencia, el senador republicano Marco Rubio, uno de los mayores críticos de la política de deshielo con Cuba del ex presidente Barack Obama, había admitido que quizá los ataques no fueran acústicos pero había insistido en que no había duda de que habían ocurrido y de que el gobierno cubano los había perpetrado o tenía conocimiento al respecto.

Poco antes de aquella audiencia, la agencia Asociated Press había accedido al informe interino de la División de Operaciones Tecnológicas del FBI, fechado el 4 de junio de 2017, que para aquel entonces no se había hecho público, en el que se aseguraba que el organismo no había encontrado ninguna prueba de los supuestos “ataques sónicos” contra el personal diplomático estadounidense en la isla.

Ahora se sabe que los mareos, el vértigo, la confusión mental, la sordera parcial y ciertas lagunas en el vocabulario básico, los síntomas que acusaban los afectados, quienes fueron respaldados por la difusión de un audio grabado por personal diplomático estadounidense en La Habana y publicado por la agencia Associated Press (AP), en el que se escuchaba un molesto zumbido agudo, no eran producto de ninguna conspiración ni de ningún ataque sino que el sonido provenía del canto de los grillos antillanos.

Según reveló el diario El País de España, los grillos machos, mediante el frotamiento de sus alas esclerotizadas, producen cantos de estructura regular durante el cortejo. Las hembras se sienten atraídas por determinados machos en función de sus canciones y estas han evolucionado en una notable complejidad que hace que las distintas especies entonen cantos diferenciados.

“No me sorprende que ese canto pueda molestar a personas no familiarizadas con los sonidos de los insectos”, aseguró a The Guardian Montealegre Zapata, a quien los sonidos de la grabación de AP enseguida le recordaron el de los grillos que capturaba y guardaba en cajas de cartón durante su infancia en Sudamérica.

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