Con seudónimo de narco y quería ser ministro de Defensa

Lesther Alemán junto al también golpista Arturo Cruz. Para esa época, un sector del empresariado antisandinista había «adoptado» al responsable de sembrar luto y dolor en Nicaragua, haciéndole creer que era uno de ellos.

* De ser un joven pobre de un barrio de Managua, tras los dolorosos sucesos de 2018 pasó a manejar grandes cantidades de dinero y a movilizarse en vehículos de lujo con chofer particular. Fue uno de los encargados de financiar los tranques de la muerte en Ticuantepe y Monimbó y así, modosito y refinado como se exhibía, es corresponsable de horrendos asesinatos.

A Lesther Alemán Alfaro, actualmente condenado a 13 años de prisión por su involucramiento en delitos que dañaron directamente a Nicaragua, sus jefes, prófugos de la justicia, le mandan a decir que aguante, que al presidente Daniel Ortega le quedan pocos días en el poder, que es cuestión de semanas o meses.

Y este hombre de 24 años les cree. Ya les creyó una vez, cuando se implicó completamente en el fallido y sangriento golpe de Estado de 2018. Es corresponsable directo de horrendos asesinatos cometidos en los tranques de la muerte y de la destrucción de nuestra economía. Esa vez, sus líderes le habían prometido total impunidad ante sus abusos y delitos.

Contradicciones insalvables

Dos detalles curiosos y discordantes de este golpista: su segundo nombre es Lenin, como el gran jefe de la revolución del proletariado ruso y mundial, lo que se justifica por el pasado sandinista del padre y de él mismo, hasta que fue reclutado para el MRS en la Universidad Centroamericana (UCA), por los profesores de esa filiación política que ahí tenía.

El segundo es el alias con que era conocido dentro de las filas golpistas: “J1”, ni más ni menos que uno de los utilizados por el narcotraficante colombiano Julio César Paz Varela, quien residió durante algún tiempo en Nicaragua, donde inscribió la Fundación Soy Humano, que en realidad era una fachada para reclutar a jóvenes, algunos con problemas de drogas, a fin de convertirlos en parte de su banda.

Paz Varela, alias “J1”, igual que Lesther Alemán, estuvo muy vinculado a Félix Maradiaga, otro de los jefes golpistas capturado y condenado. El colombiano huyó de Nicaragua cuando descubrieron sus actividades ilícitas y fue asesinado en su país por capos rivales en 2014, en circunstancias muy extrañas.

Quería ser ministro de Defensa

Otro dato, más que curioso, preocupante: Cuando Nicaragua era martirizada en los tranques de la muerte y los golpistas se repartían la Presidencia, los ministerios y prácticamente todo el país, Lesther Alemán sentía que ya tenía resuelta su vida y proclamaba que quería ser Ministro de Defensa. El capo asesinado en Colombia tuvo nexos con varias universidades y al parecer en la UCA conoció a Alemán, a quien le gustó el alias “J1” del narcotraficante. ¿Se imaginan a este golpista en la cartera de Defensa?

¿Por qué fue condenado este joven de modales refinados, pese a su condición de hijo del proletariado nicaragüense? Lesther Lenin Alemán Alfaro, alias “J1”, era miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN). En 2018, con los planes ya listos y cuando solo faltaba una excusa para lanzarse al derrocamiento violento del presidente Daniel Ortega, participó en la organización y planificación de la “Marcha de Indio-Maíz”, que sirvió como antesala para las movilizaciones surgidas a partir del 18 de abril de ese mismo año.

En las acciones golpistas estuvo involucrado en el financiamiento de los tranques de Ticuantepe y Monimbó, en Masaya. Fue además uno de los cabecillas en la toma y destrucción de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) y Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), donde se cometieron delitos de robo con intimidación, asaltos, secuestros, lesiones graves, violaciones, extorsiones, destrucción y daños múltiples durante el intento de derrocamiento de 2018.

El guion que lo hizo “famoso”

El 16 de mayo de 2018 formó parte de la Comisión del Diálogo conformada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), en donde, de acuerdo al guion que le entregaron sus jefes golpistas, exigió la rendición del presidente Daniel Ortega Saavedra, exponiendo claramente la intención de que las protestas eran con el objetivo de propiciar un Golpe de Estado contra el Gobierno sandinista.

El 5 de julio de 2021, fue detenido por realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de agencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización.

Además, por proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones, demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos y lesionar los intereses de la nación, de conformidad con Articulo 1 de la Ley 1055 “Ley de Defensa de los Derechos del pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz”. El 10 de febrero de 2022, fue condenado por los delitos mencionados a una pena de 13 años de prisión.

Hijo de barrio pobre

Este joven y refinado golpista nació en Managua, el 14 de enero 1998. Es hijo de Léster Javier Alemán Navarrete, originario del departamento de Rivas y Lesbia Inés Alfaro Silva, de Managua, ambos de extracción proletaria. Tiene tres hermanos mayores por parte de madre: Lesbia Lourdes González Alfaro, Julio César González Alfaro, y Kenia Magalis González Alfaro.

“J1” se crio en el barrio Villa Feliz, en medio de limitaciones económicas; desde pequeño visitaba junto a su mamá la iglesia evangélica “Josué 1.9”. Su madre, de oficio ama de casa, fue víctima de violencia intrafamiliar por parte de Julio Antonio González Cuadra, padre de sus tres hermanos mayores. De ella también se conoce que trabajó en 1985 en el gobierno revolucionario de Nicaragua; de 1987 a 1989 en una empresa de vestuario, y de 1991 a 1998, en la alcaldía del municipio de Villa El Carmen.

Su papá, Léster Javier Alemán Navarrete, de oficio chofer de vehículos de carga pesada, fue militante del Frente Sandinista en los años 80. En 1987 laboró en el Ingenio Montelimar; en 1988 en el Ferrocarril de Nicaragua; en1989 en el gobierno de Nicaragua; en 1990 trabajó en la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL); en 1991 para el Ministerio Agropecuario y de 1996 al 2006, en la Corporación MECO-Santa Fe. Posteriormente trabajaba como chofer de su propio camión.

Lo disfrazaron de burgués

Entre 2014 y 2022, Lesther Alemán estudió Comunicación en la Universidad Centro Americana (UCA).

Según registros de la Alianza Cívica y la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), el “J1” administraba proyectos por montos que oscilaban entre US$ 31,284.00 (Treinta y un mil doscientos ochenta y cuatro dólares) hasta US$ 80,000.00 (Ochenta mil dólares), de los cuales recibía un aproximado de US$ 2,000.00 (Dos mil dólares) mensualmente como salario.

Antes del fallido golpe de Estado mantenía un estatus de vida humilde y sencillo, posteriormente fue financiado y reclutado por el sector empresarial, recibiendo prebendas y pagos por mantenerse vinculado a ellos.

A raíz de eso cambió su forma de vestir, tenía vehículos y chofer personal, usaba ropa de marca y zapatos de cuero de alta gama; además comenzó a frecuentar restaurantes y discotecas. Los empresarios golpistas también pusieron a su disposición casas de seguridad en condominios y residenciales exclusivos de Managua, lo que incrementó su personalidad egocéntrica y autoritaria, aunque tiende a ser manipulable por dinero.

Influenciado por traidores al sandinismo

En la UCA fue influenciado por los libros que le daban a leer sus profesores, básicamente escritos por traidores al sandinismo como Gioconda Belli, Sergio Ramírez Mercado y Carlos Tünnerman. Acostumbraba visitar la iglesia los fines de semana y participar en misiones pastorales.

Él y su familia, eran caracterizados como simpatizantes del Frente Sandinista, y participó en reuniones y actividades del partido rojinegro. Su ideología política fue socavada a través de los programas que mantenían la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, Misión Bosawas y el MRS, con estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Centroamericana (UCA).

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