“La vacuna contra el unilateralismo”: MNOAL se reúne para combatir tiranía del dólar

Granma

Tarde en la noche del 19 de julio, Javad Zarif, ministro de exteriores iraní, se bajaba de un avión y se encontraba con su contraparte venezolana, Jorge Arreaza, sobre la pista de aterrizaje en las afueras de Caracas, con un abrazo entusiasmado. Zarif vino a participar en la conferencia ministerial del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL).

«Hoy en el Medio Oriente y las regiones de Suramérica y Latinoamérica, los Estados Unidos están creando inestabilidad e inseguridad», declaró Zarif a los reporteros congregados para su llegada. «La resistencia del pueblo de Venezuela contra los Estados Unidos es muy importante para todos los países del mundo».

Un día después, ambos cancilleres aparecieron junto a un surtido grupo de delegados de todo el mundo, de África a América Latina hasta Asia. La posición central de Zarif y Arreaza dentro del grupo, envió un claro mensaje sobre el propósito del MNOAL en 2019.

Fundada oficialmente en 1961 por íconos post-coloniales como el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, Kwame Nkrumah de Ghana, Jawaharlal Nehru de India y el líder yugoslavo Josef Tito. El MNOAL fue originalmente concebido como una alianza entre países buscando la independencia de los dos bloques de poder en el punto más alto de la Guerra Fría: el estadounidense y el soviético.

Sin embargo, el colapso al final de la Unión Soviética no negó su relevancia. Casi 30 años después del final de la Guerra Fría, los Estados Unidos todavía intentan operaciones de cambio de régimen o lleva a cabo agresiones económicas contra Estados miembros del MNOAL, así como contra Rusia y China. Con la participación de Moscú y Beijing, el grupo ahora renueva su significado, mientras se prepara para enfrentar la tiranía financiera de los Estados Unidos como nunca antes.

Por décadas, los Estados Unidos han apuntado a intimidar a los Estados independientes a través de medidas coercitivas unilaterales como las sanciones económicas. De las 21 naciones actualmente mencionadas en la lista de sanciones del Departamento del Tesoro, todas con la excepción de Sudán del Sur, o son miembros oficiales del MNOAL o disfrutan de estatus de observador.

La conferencia en Caracas se enfocó en unir a sus Estados miembro contra el unilateralismo estadounidense. A pesar de sus diversas y a veces conflictivas ideologías y agendas políticas, los delegados afirmaron de forma unánime la búsqueda de un mundo multipolar y el deseo de construir un sistema financiero internacional independiente del control de los Estados Unidos.
En la conclusión del encuentro, el MNOAL adoptó de forma unánime un documento final que oficialmente establecía un grupo de trabajo sobre las sanciones, dirigido por Venezuela. La declaración de Caracas manifestó que los miembros del MNOAL explorarán planes para demandar a los Estados Unidos ante la Corte Penal Internacional por la atropellante aplicación de sanciones económicas.

Percibiendo las amenazas de la agenda de la cumbre del MNOAL, Arreaza le contó a The Grayzone que funcionarios estadounidenses presionaron a diplomáticos para que no volaran a Caracas. Pero las presiones fueron rechazadas por todos.

De acuerdo a Arreaza, la convocatoria exitosa de la Cumbre representó «un fracaso de la diplomacia estadounidense» hecha a entender por los «120 países [que] no están alineados con los Estados Unidos… que quieren ser libres, que quieren ser independientes».

«Somos la vacuna contra el unilateralismo», enfatizó el canciller. «El Movimiento de los No Alineados es la vacuna contra el cáncer que representa la agresión, la dominación de este poderoso gobierno para controlar a los hombres y mujeres que creen en la humanidad».

Respaldo global a la legitimidad de Maduro

El encuentro del MNOAL en Caracas se dio a apenas seis meses luego de que los Estados Unidos intentaran colocar al político opositor Juan Guaidó como presidente de Venezuela. 54 gobiernos europeos o alineados con Estados Unidos en todo el mundo se unieron a Washington para reconocer a Guaidó, a pesar del hecho de que había fracasado en establecer control sobre institución del gobierno alguna.

«Tenemos el apoyo del mundo», insistió Guaidó el 18 de julio. Pero la Cumbre le suministró una clara refutación a lo que dijo Guaidó sobre la aprobación internacional. Representantes de más de 120 naciones además de organizaciones internacionales como la Unión Africana, las Naciones Unidas y el Movimiento Nacional Hostosiano por la Independencia de Puerto Rico, llegaron a Caracas en un reconocimiento explícito a la autoridad de Nicolás Maduro.

El embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, destacó la ironía detrás de las aseveraciones de legitimidad de Guaidó. «Hay 193 países en el mundo y los Estados Unidos citan a sólo 54», dijo, haciendo referencia a los delegados que iban llenando la sala. «Aquí hay 120 naciones. Dos tercios de las Naciones Unidas creen que el gobierno de Nicolás Maduro es el gobierno legítimo de Venezuela».

El éxito de la Cumbre fue relevante para la pelea del embajador Moncada por mantener el estatus de Venezuela dentro de la ONU. En junio, el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, dando una invectiva arrogante en la Asamblea General en la que le exigió a Moncada que se retirara, vaticinó que otros Estados le revocarían las credenciales a su gobierno. Pero en el encuentro, el bloque más grande de la ONU implícitamente desautorizó a Pence.

Los delegados aprobaron de forma unánime un documento donde se denuncian los esfuerzos estadounidenses por llevar a cabo el cambio de régimen en Venezuela. A continuación, agradecieron a Maduro por su trabajo como presidente del MNOAL, mientras declaraban su apoyo a la candidatura de su país para servir en el Consejo de Derechos Humanos.

Mientras los delegados llegaban a la Cumbre el 18 de julio, en los medios locales aparecieron fotos de un Guaidó en traje de baño arrojándose de clavado en el Caribe. Guaidó había estado de visita en la isla de Margarita, donde le agradeció públicamente al Parlamento Europeo por pedir sanciones aún más destructivas contra el país.

La aparición de Maduro en la Cumbre dos días después ofrecía un claro contraste a la tonta operación fotográfica de Guaidó. En traje de negro y proyectando confianza ante cientos de diplomáticos y ministros extranjeros de todo el mundo, el Presidente reflexionó sobre los desafíos que su gobierno ha tenido que confrontar a lo largo de tres años como presidente del movimiento.

«Durante estos tres años no le hemos faltado, ni le hemos fallado al MNOAL», afirmó el presidente Maduro durante su discurso ante los delegados y ministros el 20 de julio. «Y estos tres años han sido tres años en los que hemos enfrentado grandes pruebas políticas internas en Venezuela».

El ejercicio de Maduro como presidente de Venezuela ha visto a la oposición apoyada por los Estados Unidos intentar derrocarlo a través de numerosas campañas de desestabilización violenta, de forma más notoria mediante las guarimbas (protestas callejeras violentas) en 2014 y 2017.

Luego de poco tiempo en el gobierno, la Administración Obama categorizó a la administración de Maduro como una «amenaza a la seguridad nacional», allanando el terreno para sanciones que redujeron drásticamente la habilidad de Venezuela para acceder a créditos en el mercado internacional. El año pasado, Maduro sobrevivió a un intento de asesinato con drones cargados de explosivos en un desfile militar. Luego vino el intento de golpe de este año.

Ante el público del MNOAL, Maduro le imprimió un tono optimista. «El siglo XXI es nuestro siglo», proclamó. «Es el siglo de la libertad, el siglo del fin de los imperios, y apenas está comenzando en 2019. Aunque la batalla es dura… no importa cuán cruentos o criminales sean los ataques, si estamos decididos a ser libres, nada, ni nadie, nos puede detener. Hermanos y hermanas del mundo, ¡nada, nadie puede detener el curso de la nueva historia que se está haciendo!».

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *