Violeta Granera con posgrado en descaro

De dirigir un presunto “Movimiento por Nicaragua”, Violeta Granera pasó a ser parte de un plan en contra de Nicaragua fraguado en Washington por la presidenta del MRS, Margarita Vijil Gurdián y varios propietarios de ONG dizque ligadas a la defensa de los “derechos humanos”, que cabildearon con congresistas gringos liderados por Ileana Ros-Lehtinen.

 

Sin meternos en los malos manejos del dinero de la ayuda recibida en el Movimiento por Nicaragua (MpN) y denunciados en Nicaleaks, es menester, sin embargo, referirnos al cinismo de esta “defensora de los derechos humanos”, a como la presenta falsamente el diario Milenio, de México, en una despistada entrevista que refleja total desconocimiento de lo que ocurre realmente en nuestro país.

La impudicia política de Granera es como para “coger raza”, a como se dice por estos lares. En la entrevista de “bola pasada”, dice al periodista mexicano que la iniciativa conocida como Nicaraguan Investment Conditionality Act (NICA), “es un hecho gravísimo”.

Encargan a la “halcona” la desestabilización

“De aprobarse la ley el bloqueo de préstamos de instancias como el FMI o el Banco Interamericano de Desarrollo afectará los programas de desarrollo y traerá inestabilidad y temor de inversionistas privados nacionales y extranjeros”, sostiene.

Exactamente lo que Granera, el diario La Prensa, Confidencial, el CENIDH, CPDH, ANPDH, IEEPP, CINCO, Hagamos Democracia y otros ONG, ligados algunos al MRS, vienen promoviendo sin éxito desde hace varios años.

Es decir, encargaron a la halcona de la ultraderecha Ros-Lehtinen, lo que ellos no lograron hacer desde el interior de Nicaragua: desestabilizar al gobierno de Daniel Ortega a fin de desalojarlo del poder a través de un “golpe suave” o en las urnas a como ocurrió en 1990.

¿Es la nueva lideresa de la derecha?

Erigiéndose en gran lideresa (¿?), Granera dice a Milenio: “Yo lamento que esto esté sucediendo y he llamado a Ortega y a su gobierno a que rectifique y garantice elecciones libres y transparentes, que es uno de los primeros postulados del NICA Act”.

Desempolva parte del ego que le quedó maltratado después de su frustrada experiencia como candidata a la vicepresidencia, y suelta el: “he llamado a Ortega y a su gobierno a que rectifique”. Si no fuera por la maldad que encierra el comportamiento de esta mujer, sus palabras moverían a risa.

Ahora que ella no es candidata, Violeta Granera no oculta lo que busca junto al grupo que busca hacerse con el poder invocando la injerencia imperialista del Congreso de Estados Unidos.

No quieren que la gente vote y envalentonada por el apoyo que le dio la gente ligada a la Ros-Lehtinen, anuncia que están “preparando en el territorio varias movilizaciones antes del 6 de noviembre –algunas ya se han hecho– y otras el mismo día 6 para documentar la abstención en las casillas y en la junta receptora de votos”.

La realidad dice otra cosa

Los mexicanos no son nada idiotas. ¿Le habrá creído el periodista cuando le dijo que “es importante que los amigos de Nicaragua, en especial el pueblo de México, sepa que somos miles, millones, los que estamos luchando desde hace años para construir una sociedad verdaderamente justa y equitativa”.

Si acaso le creyeron, los invitamos a revisar las últimas encuestas, entre ellas la de la empresa mexicana Mitofsky, que señala al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, como el segundo mandatario mejor calificado en América con el 67% de aceptación popular. ¡Qué dictadura más apreciada!

Los gobiernos neoliberales hicieron lo que han hecho siempre los de su clase: velar por los intereses del grupo oligárquico que ha detentado el poder en Nicaragua desde hace mucho tiempo. La lucha por una sociedad justa no tiene que ver nada con Granera y sus pares, ni siquiera es justa la repartición que hacen del botín de las ONG opositoras que manejan.

 

 

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